Despues de un tiempo, habiendome tomado unas vacaciones necesarias entre las cuales tambien formaron parte algun taller y entrenamiento con gente amiga, decidi desarrollar este tema, para lo cual repase muchos apuntes sobre el ciclo OODA, y su conversion en nuestro ambiente de tiro al concepto de Busqueda, Localizacion, Identificacion y Neutralizacion (BLIN), pero ninguno de mis apuntes, anotaciones, articulos etc., reflejaba completamente lo que queria expresar, como lo hace el amigo Jose Angel Soguero, quien cuenta con muchisima experiencia al respecto y que me permiti transcribir.
EL CICLO OODA
Por Jose Angel Soguera
Observar, Orientar, Decidir, Actuar. ¿Cuántas veces realizamos al día esta asociación de acciones?. La respuesta es sencillamente miles de veces. Cada vez que realizamos un movimiento, cada vez que plasmamos un pensamiento en una acción, cada vez que realizamos labores mundanas, siempre repetimos ese ciclo de acciones.
Observamos nuestro mundo, nuestro entorno, nuestra casa, nuestro vehículo, nuestro puesto de trabajo, nuestra vida. Y en un momento dado, tomamos un especial interés en realizar un gesto, un movimiento, una acción, y nos volcamos cognitivamente y físicamente en hacerlo. Para ello llegamos en apenas una milésima de segundo en tomar una decisión, como hacerlo, porque lo hago, y todas y cada una de las variables que pueden surgir en el plano cognitivo y racional, previo a la realización de la acción deseada. Finalmente, decidimos actuar, decidimos hacerlo, y nos lanzamos a ello, movemos nuestro cuerpo y ponemos en marcha el complejo sistema fisiológico.
Y todo comienza cuando en ese escaneo de nuestro mundo, una chispa nos hace focalizar una idea. Tengo hambre…voy a la heladera…la abro…. ¿que veo?…una fruta…mmm tengo hambre…voy a saciarme con la fruta…..voy a extender mi mano y la cogeré, y me la llevaré a la boca, y la morderé y masticaré…..me deleitaré con sus sabores y texturas…
Esto sería el proceso mental de nuestro ciclo OODA sobre el hambre y como saciarla.
Y el proceso de orientar nuestra decisión ante una necesidad surgida, es el elemento más importante del ciclo OODA. Sin la orientación, sin esa capacidad de “fijarnos”, sin esa sensación de deseo de hacerlo, no seriamos capaces de poder hacer nada. Nuestro deseo, nuestra fijación en algo, es lo que nos articula fisiológicamente a realizar esa acción.
Cuando en un enfrentamiento armado, hay que disparar al adversario, lo primero que hacemos de forma instintiva es mirar, buscar con la mirada y con los demás sentidos la procedencia de la amenaza. Una vez que la hemos localizado, nos fijamos en ella, la analizamos en un proceso mental que es inferior a un segundo, y en todo ese tiempo organizamos nuestra mente y nuestro cuerpo para dar el paso siguiente, que es desenfundar, apuntar, disparar, correr, parapetarnos, etc. Ese proceso organizativo es el que denominamos orientación, porque en él se dan las condiciones de tomar y distribuir todos los datos recibidos de la observación, para una vez ordenados, remitirlos al proceso de toma de decisiones (la decisión de desenfundar y responder al fuego del adversario con nuestra arma).
Ahora pensemos en la actitud del agresor, que nos ha visto, ha orientado sus pensamientos a dispararnos, ha decidido dispararnos y nos dispara. Su ciclo OODA se ha basado en su necesidad (deseo) de abrir fuego contra nosotros, ha decidido el momento, el lugar, el modo de hacer fuego. Y pensemos en nosotros, en nuestra respuesta.
Si nuestra reacción es la que el agresor espera, seguramente seremos una baja. Como en toda emboscada, es muy complicado salir de ella, si el que la ha preparado ha estudiado todos los matices de la misma. En nuestro caso ante la agresión de arma de fuego y disparo, si se trata de un hecho sorpresivo, seguramente dependiendo de la distancia, tipo de arma, y nuestra posición espacial en su sector de tiro, con toda la probabilidad seremos una baja.
Pero pensemos por un instante que somos capaces de “ver” el acto de agresión, que vemos al agresor salir, actuar. Nuestra respuesta si es equitativa provocará en el agresor un estado de “confusión”. Ya no se trata de disparar a un blanco, sino que el blanco (nosotros) acaba de moverse, y acaba de reaccionar (por ejemplo) haciendo uso de un arma de fuego “orientada” hacia el lugar donde se encuentra el agresor, mientras corremos hacia otro lugar distinto al que nos encontramos, y donde hemos sido atacados.
El agresor, que iba convencido que en tal sitio iba a dispararnos, ahora se encuentra con el dilema, que ya “no estamos allí”, y para colmo de sus pesares, nos acabamos de convertir en un “blanco reactivo”, que está devolviendo disparos a los suyos.
¿Qué sucede en la cabeza del agresor?. Lo primero es un estado de sorpresa, que corta en automático el proceso OODA que había motivado su deseo inicial de dispararnos como él quería y donde él quería. El agresor debe “recalcular” sus acciones, y debe volver a observar, a orientar, a decidir y a actuar. Ese tiempo puede ser un segundo o dos. ¿Cuántos metros puede recorrer usted en un segundo?¿cuantos disparos puede realizar en un segundo?
Acabamos de forzar al agresor a reaccionar a nuestros movimientos y decisiones, ya no es que nosotros debamos reaccionar a sus intenciones, sino que él, acaba de perder su iniciativa.
Existe la tendencia a pensar que el ciclo OODA se inicia en el mismo momento del conflicto. De ser así difícilmente podríamos salir airosos, porque como ya he comentado con respecto a la emboscada, el que la prepara selecciona con minuciosidad todas las variables. El ciclo OODA realmente se inicia con antelación, cuando somos capaces de leer el entorno y cuando tenemos tiempo para modificar nuestra conducta y nuestras reacciones ante la lectura del entorno.
Si somos capaces de interpretar por adelantado la acción del agresor, podremos inducir ese cambio, ese “recalcular” sus decisiones y acciones. Una vez dentro de la acción, es muy complicado variar el objetivo final del que inicia la acción.
El análisis de la situación y sintetizar esa información, junto con la experiencia, son las dos herramientas claves para desarrollar ese instante “anti-OODA” del agresor. La experiencia nos indica que procesos o situaciones ya vividas, nos muestran pautas y pistas sobre lo que puede pasar. De alli que sea importantisimo el entrenamiento inteligente.
Quien nunca se ha quemado cocinando, hasta que no lo hace, no descubre que ciertos aspectos de la física y la química actúan en un momento, por tocar una parte de una olla en el fuego, o por una salpicadura de aceite de la sartén al fuego. Una vez que uno se ha quemado, ya sabe lo que puede venir si en la olla el agua está en fase de ebullición y se nos ocurre acercar la mano a las partes de la misma que no están protegidas. Y ello nos permite día a día que al cocinar no nos quememos, salvo por accidente.
Si un sospechoso delante de nosotros, con la camisa por fuera se entrega dócil, y ya hemos tenido experiencia sobre personas que portan armas ocultas en el pantalón, tapadas por camisas , remeras o camisetas por fuera del pantalón, andaremos prevenidos de cualquier tipo de acción. Y nuestro protocolo podrá adecuarse a ese conocimiento previo.
Si nunca nos hemos enfrentado a esta situación, en un momento dado el sospechoso puede subirse la camisa y sacar un arma oculta con la que agredirnos. Y esa primera vez nos tomara desprevenidos. Y ya en plena ejecución del proceso OODA del sospechoso, nuestras reacciones marcarán la diferencia entre vivir o morir. Si antes de que el sospechoso pueda levantarse la ropa para acceder al arma y manipularla, nosotros le sometemos a un control férreo, su idea de agredirnos se disipará tal y como estaba diseñándolo en su mente, por lo tanto, le habremos “roto” su ciclo. Y si quiere hacerlo, deberá volver a diseñar un nuevo proceso para ello.
No se trata de jugar al gato y al ratón, se trata de dependiendo de nuestro nivel de alerta, ser capaces de prever anomalías en los comportamientos o en el propio entorno, y ser capaces a su vez de con nuestra actitud y resolución, modificar esos comportamientos anómalos.
A partir de ese punto entran en juego los ejercicios Force on Force. Si de una experiencia más o menos resuelta, somos capaces de analizarla y proyectarla en decenas de escenarios posibles, de decenas de posibilidades modificadas, seremos capaces de ampliar nuestra experiencia.
Si por ejemplo aplicamos esa experiencia de arma oculta, en vez de en plena calle, pasarla a un vehículo, a un control de personas, a un tumulto, a una zona urbana con transeúntes, a una estancia cerrada, etc. Estaremos enriqueciendo nuestra experiencia. Si al entrenamiento en esos escenarios ampliados, les añadimos estresores o inoculadores de estrés, todavía aumentaremos más nuestra “biblioteca” de recursos y experiencias.
No siempre la experiencia debe de venir de una acción real violenta, podemos inducir a la experiencia a través del diseño de escenarios realistas, que requieran una aplicación seria y estudiada, analizada y evaluada del alumno con ejercicios realistas. Y para ello el Force on Force, es una herramienta válida.
En algunos de los talleres que imparto, suelo preguntar a los concurrentes sobre algún hecho en el que el protocolo ejecutado fue positivo o negativo, y a través del relato, diseñamos ese hecho, lo vamos modificando con variables y posibilidades, y ante una misma respuesta, planteamos diversos problemas. Y los concurrentes son los que van desarrollando y determinando mediante su actitud y aptitud, resoluciones. Al final, de un hecho, hemos creado un abanico de posibilidades, todas experimentadas, y que en un momento dado, servirán de experiencia llegado el caso de tener que resolver en el día a día una situación similar.
No se trata de inventar o proponer situaciones inverosímiles, sino de proponer escenarios en los que la conducta del agresor se tenga que modificar ante la respuesta del que es agredido, ante su anticipación y resolución. Y a veces el combinar el rol agresor y agredido, nos proporciona una doble experiencia. Porque siempre hay que intentar descubrir cómo piensa y cómo actúa el que agrede. Y para ello nada mejor que pasar al otro lado de la línea en este tipo de entrenamientos.
Y ser conscientes como nuestro proceso OODA se ve condicionado ante la reacción o prevención de nuestros compañeros. Y ser testigos en primera persona del esfuerzo que conlleva “recalcular” nuestras decisiones y acciones.
A veces seremos conscientes de la dificultad de montarse en el viaje de los reflejos condicionados, y no sólo por parte del agredido, sino por parte del agresor que si no quiere salir de su espiral de decisiones debe condicionarse a adaptar sus acciones y procesos cognitivos a la modificación del entorno y de la actitud del agredido.
Hasta aqui el articulo del amigo Jose Angel Soguero.------------------------------------------------
En nuestro medio de Tiro Dinamico, el proceso OODA lo hemos reconvertido en BLIN (Busqueda, Localizacion, Identificacion y Neutralizacion). Este concepto aplicado a un entrenamiento inteligente, compuesto de escenarios realistas, (basados en la aplicacion del sentido comun, tal como es el medio en el cual desarrollamos nuestra vida), nos permitira ir agudizando los sentidos, ir afinando la observacion. Muchas veces lo digo y lo repito. Nuestro escenario urbano dista mucho, quizas muchisimo, de otros escenarios conocidos (Mexico, Centro America, Colombia, Brasil el mismo conourbano bonaerense, etc.). Nuestro medio (Cordoba Argentina), tiene aristas particulares. propias de nuestra idiosincracia, de nuestra forma y manera de vida. Generalmente veo en nuestro poligono, que los tiradores asisten vestidos como para una guerra (Tacticool). Siendo la mayoria por no decir todos, civiles, asisten vestidos de manera camouflada, con pañuelos de la guerra del desierto, chalecos tacticos, borceguies color arena o similares, etc.
De alli me pregunto, como se verian transitando a las 9 de la mañana por nuestra area peatonal, donde todos visten de paisano, a la moda actual.
Saben como se verian? como una mosca en la leche. Se distinguirian a la distancia. El uniforme de combate es para quienes se dedican a ello, es decir las fuerzas policiales o de seguridad. Nosotros tenemos el mejor camouflage que puede existir en el mundo civil. Podemos andar de civil y perdernos con facilidad entre la multitud.
Como creen que visten quienes son nuestros agresores? Visten de manera casual, a la moda y hasta se dan el lujo de llevar una remera de repuesto o una campera reversible. Una vez cometido el acto ilegal, se alejan de la zona cambiandose la remera, sacandose la gorra, dando vuelta su campera, dificultando su identificacion en todo el entorno civil. Entonces digo, por que no aprovechar esa ventaja?. Debemos practicar tal y como nos sorprenderia una situacion propensa a un enfrentamiento, inclusive deberiamos afinar nuestro sentido de observacion a traves del concepto de BLIN o ciclo OODA, para verdaderamente identificar el blanco agresor entremezclado con muchisimos blancos inocentes.
Ese mismo concepto podria ser utilizado por las fuerzas de seguridad o policiales, si bien tienen cuerpos especiales que transitan de civil, son los menos. Hoy esta de moda el concepto de Sensacion de Seguridad. Este concepto pretende que la poblacion se sienta segura viendo a un oficial de policia vestido de combate, en vehiculos pintados y balizados para que se vean a la distancia. El problema es que el caco, el maleante, tambien los ve y a la distancia y comete sus agresiones lejos de ese personal de seguridad. Muchas veces nuestra policia pretende que pase un movil con la baliza encendida frente a nuestra casa, para que entremos a sentirnos seguros. El tema es que el agresor tambien emplea el ciclo OODA o BLIN e identifica con suma facilidad al uniformado o al movil policial, define la zona o lugar donde se encuentra este personal, que no es dios y no puede estar en todas partes al mismo tiempo.
Imaginemos por un momento que estamos en el area peatonal, aparece un caco o maleante agresor, saca su arma en medio de la gente una vez que verifico que a su alrededor no se encuentra uniformado alguno. Amenaza a una victima enfrente de todos, desapodera de los elementos de valor a esa victima y cuando esta por salir a la carrera se encuentra rodeado de personal policial pero de civil, que se identifica como tal. El resultado es imaginable. Pero hoy esta el concepto de la Sensacion por sobre la realidad y asi nos va en materia de Seguridad Ciudadana. Quizas dentro de algunos años releamos este articulo y la realidad sea otra.
En fin, volviendo al ciclo OODA o BLIN, entrenemos de manera inteligente en un escenario realista, con actores y objetos similares a los que encontraremos en la realidad, sin dejarnos inducir por peliculas de moda tipo RAMBO, vestidos de paisano evitando el tacticool y tratando de agudizar y afinar nuestro ciclo OODA o BLIN. Cada ejercitacion debe conllevar ese momento de estress que se vive ante una situacion inesperada, rapida y que exige una decision mas rapida aun. Llevar ese escenario de practica a lo que ocurriria dentro de nuestra propia vivienda. Reconocer cada lugar posible de ser utilizado como cobertura. Saber que podremos desplazarnos en un entorno conocido, ejecutar todos los cortes de torta posibles y ejecutando un ciclo OODA planificado con la mayor informacion posible (que seguramente conoceremos), el agresor se encontrara en un escenario desconocido para el y con ventaja para nosotros, entonces aprovechemos al maximo y practiquemos de manera inteligente.
Ing. Pedro E. Navarro
Otoño 2017
Ing. Pedro E. Navarro
Otoño 2017
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